Desde tiempos inmemoriales el hombre ha intentado comunicarse con sus semejantes a través de la distancia. Desde tiempos muy remotos esa ha sido una obsesión para el ser humano. El poder hacerle llegar un mensaje instantaneo a un ser querido a cientos o a miles de kilómetros era, hasta hace relativamente pocos años, una verdadera utopía.
El sonido y la luz han sido ampliamente utilizados a lo largo de la historia de la humanidad como soporte para los mensajes a transmitir. Sin embargo, ambos adolecen de problemas insalvables debido a su propia naturaleza. En el caso del sonido al tratarse de ondas mecánicas de muy corto alcance como ya hemos estudiado, y en el caso de la luz, aunque se trata de una onda electromagnética, es por contra de trayectoria rectilinea y, además, frenada en seco cuando se encuentra con un obstáculo opaco, lo que en ambos casos hacen imposible su utilización para estos menesteres.
La realidad ha sido que solo usando señales basadas en la electricidad, señales eléctricas, se han conseguido resultados adecuados a lo que se buscaba. ¿Te interesaría conocer como se desarrolló este asunto desde el principio, y de paso ahondar en el funcionamiento de los artilugios que se usaron en su desarrollo? Todo en este artículo.
Quizás eres uno de los dichosos poseedores de una emisora President Taylor, la mas vendida en nuestro país (España) durante muchos años. Equipo diseñado y producido por Uniden, uno de los mejores fabricantes (por no decir el mejor de todos) de equipos destinados a la Banda Ciudadana. Pués si tienes uno de estos transceptores... ¡¡Enhorabuena!!.
Sin embargo, un buen dia conectas tu emisora y te llevas un disgusto. Resulta que no oyes a nadie como normalmente lo haces, el altavoz ha enmudecido. Además, cuando intentas emitir, aunque tu portadora es recibida en los s-Meters de otros radioaficionados con la fuerza de siempre, tu modulación brilla por su ausencia y nadie te oye. El dia anterior habías estado modulando perfectamente, sin problemas de ningún tipo. ¿Que ha pasado?.
Si eres el afortunado dueño de una President Taylor ASC y te encuentras en una situación similar, sigue leyendo porque posiblemente descubras la solución a tu problema.
Es probable que alguna vez te haya pasado lo que a mi.
Se activó la alarma del radio-reloj a las 8:00 de la mañana en punto. Todavía casi dormido me incorporé y corrí las cortinas oyendo las noticias en mi emisora favorita. Unos espléndidos rayos de sol penetraron de golpe en mi habitación y acabaron con la oscuridad que hasta entonces había en ella.
Acto seguido procedí al correspondiente aseo matutino para, justo después, sentarme a desayunar. El café estaba exquisito y la tostada, regada con aceite de oliva virgen extra, me supo a gloria bendita.
Aquel dia me levanté contento, muy contento. Tenía muy buenas espectativas. Como soy un enamorado de la radio, me gusta escuchar las tertulias matinales en el coche de camino al trabajo, lo primero que hago al subir al vehículo es conectarla.
He de aclarar que mi coche duerme en plena calle. No soy el afortunado conductor que dispone de garaje. ¡Que raro!... No logro sintonizar ninguna emisora... ¿Que está pasando?.
Paro el coche y me apeo para comprobar la antena... ¡LA ANTENA!... ¡Coñ.!... ¡Que me han robado la antena!.
Esto me estropeó completamente el dia. El cabreo que pillé fue monumental, de campeonato. Entonces tomé una decisión.
Para que esto no me ocurriera más, a partir de entonces decidí usar la luneta térmica, también conocida por el término "antivaho", como antena para mi receptor de radio AM/FM. Si alguien tenía la intención de dejarme sin escuchar la radio tendría que llevarse la luna trasera, y ya eso le iba a resultar más complicado que robar una simple antena... ¿no crees?.
Es muy probable que cuando éramos niños hayamos jugado alguna que otra vez con el llamado "teléfono yogur", probablemente fabricado por nosotros mismos ya que su construcción no ofrece prácticamente ninguna dificultad.
Con solo un par de recipientes de plástico vacíos, que casi siempre se conseguían una vez que habíamos consumido los yogures (de ahí el nombre por el que se le conoce normalmente), unos metros de hilo suficientemente resistente y poco más, teníamos un juguete con el que pasábamos horas y horas de ocio y diversión.
Mientras uno de nosotros aproximaba el bote de yogur a su oreja el otro lo hacía con el que le correspondía a su boca y comenzaba la "transmisión" del mensaje. Y aunque la distancia entre los dos interlocutores no podía exceder de algunos metros, la transmisión de la "fonía" que se conseguía con este artilugio, aunque débil, era relativamente buena.
La verdad es que aquellos eran otros tiempos. Nos divertíamos con cualquier cosa. Y aunque hoy este juguete quizás le siga llamando la atención a los más pequeños, no hay que olvidar que vivimos en la era de la electrónica y casi todos esperamos algo más. De ese "algo más" hablamos en este artículo. Vamos a presentarte la versión electrónica del teléfono yogur. ¿Quieres ver de que se trata?. ¡Adelante!.
En otros artículos de este blog ya hemos hablado de las resistencias, componente pasivo importantísimo en electrónica.
Nos hemos referido a ellas cuando hemos hablado de la ley de Ohm, hemos visto los montajes en serie y en paralelo, y también hemos estudiado algún que otro detalle relativo al cálculo de su valor junto con los diodos led.
Mediante el presente artículo continuamos adelante en este sentido, tocando temas que consideramos esenciales para comprender los circuitos electrónicos avanzados.
Puede que una resistencia te parezca un componente de poca o ninguna importancia. Nada mas lejos de la realidad.
Podemos decir sin temor a equivocarnos que si no existiera este elemento, la electrónica no existiría tal y como la conocemos hoy dia. Por ello te invitamos a continuar leyendo este artículo en el que desvelaremos más cosas relativas a este simple pero imprescindible componente electrónico.