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Teoría
Los semiconductores - Introducción

Las válvulas de vacío mantuvieron su supremacía a lo largo de 40 años. Sin embargo, su bajo rendimiento era una especie de espada de Damocles que tarde o temprano acabaría con su existencia y su popularidad.

Una válvula de vacío consume un watio para poder amplificar solo la millonésima parte de esa potencia (1 µW). Sin embargo, los transistores modernos logran rendimientos en determinadas ocasiones muy superiores al 50% y la potencia necesaria para su funcionamiento es un millón de veces menor de la que exige una válvula termoiónica.

Cuando aún no había aparecido el diodo de germanio, antes de 1940, los semiconductores aparecían rodeados de cierto halo de misterio. Se trataba de materiales que no disfrutaban de la conductibilidad de los metales, pero al mismo tiempo tampoco podían considerarse aislantes.

Sin embargo, en un corto periodo de tiempo las investigaciones al respecto avanzaron vertiginosamente y, en muy pocos años, los semiconductores fueron sustituyendo a las válvulas en la mayoría de las aplicaciones.

Comenzamos a partir de ahora el estudio de esta atractiva rama de la electrónica, los semiconductores. ¿Te atreves a continuar con nosotros?.

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Noticias
Receptores de OM. Información técnica en PDF.

Comunicamos a todos nuestros suscriptores que se encuentra disponible en la zona de descargas la información técnica adicional en formato PDF relativa al artículo publicado el pasado 6 de agosto titulado "Como mejorar el receptor de galena".

En dicho PDF, tal y como transmitimos a nuestros visitantes en su dia, encontrarán todos los detalles para la fabricación de los diferentes modelos de receptores tratados en el mencionado artículo.

Además, y como adelanto a una próxima reseña que dedicaremos a otro tipo de receptor más avanzado, incluimos en el documento la información técnica relativa a este receptor.

Se trata de un equipo que no necesita tomas de antena exterior ni de tierra y, por lo tanto, es completamente portátil y autónomo. Su reducidas dimensiones y también su sencillez de construcción harán las delicias de todo radioaficionado.

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Radioaficionados
Como mejorar el receptor de galena

Como continuación al artículo relativo al receptor con diodo de cristal o radio galena, presentamos la siguiente información en la que explicamos como mejorar dicho receptor de radio. No en vano, las mejoras introducidas conseguirán un mayor rendimiento de sus características.

Comenzaremos con una pequeña modificación de nuestro receptor original, añadiendole un transistor para obtener una pequeña amplificación de señal.

Lo verdaderamente interesante, sin embargo, es que a pesar de usar un componente activo, en un principio seguiremos usando solo la energía recibida por la antena, es decir, no usaremos ninguna bateria, pila ni fuente de alimentación.

Posteriormente, en este mismo artículo, estudiaremos otros circuitos a los que iremos dotando de mayor amplificación y a los cuales añadiremos ya una pequeña pila, con lo que el rendimiento obtenido será mayor y tanto su sensibilidad como su selectividad se verán ostensiblemente incrementadas con respecto a las ofrecidas por receptores anteriores.

Si verdaderamente te interesa la radio no puedes dejar de leer este apasionante artículo.

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Miscelanea
La circunferencia, el círculo y el número PI (π)

La mayor parte de las personas que vivimos en paises desarrollados, quizás porque estamos acostumbrados a obtenerlo todo con suma facilidad y/o que las cosas vengan a nosotros como caídas del cielo, a menudo las damos por sentadas de manera automática.

Practicamente en ningún momento nos preguntamos porqué algo es o se produce de una determinada manera. Nos basta con saber que tal o cual cosa es como es y punto, lo aceptamos sin reservas.

Algo así nos ha ocurrido a muchos cuando asistíamos a la escuela, en épocas pasadas. ¿Recuerdas cuando aprendiste la fórmula para hallar la longitud de la circunferencia?. ¿O cuando te enseñaron la fórmula para calcular la superficie del círculo?. Todos las aceptamos sin pestañear, y pocos fuimos los que nos preguntamos de donde habia salido el famoso número PI (π). Muchos daban por sentado que aquello era así porque lo decía nuestro profesor de matemáticas y se acabó.

Pero en realidad, esas conocidas fórmulas han salido de algún sitio o, mejor dicho, han sido promulgadas por una o varias personas después de haber dedicado mucho tiempo y esfuerzo al estudio de estas figuras geométricas.

¿Te gustaría saber más sobre este tema y conocer como se han llegado a obtener las mencionadas fórmulas y como están relacionadas entre ellas?... ¡Pues clica en "Leer completo..." ya!.

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Práctica
El electroscopio

Llegó la hora de realizar nuestra primera práctica electrónica. Una vez que hemos estudiado la electricidad estática estaría bien ver los efectos que produce esta mediante un artilugio construido por nosotros mismos.

En este artículo vamos a explicar que es un electroscopio y además vamos a fabricar uno con materiales muy comunes a practicamente costo cero. Siendo un instrumento sumamente fácil y económico de construir, con él podremos ver los efectos de la electricidad estática estudiados en el artículo anterior.

William Gilbert (1544-1603), médico y físico inglés, fué la persona que construyó por primera vez un electroscopio para realizar experimentos con cargas electrostáticas. Acérrimo defensor de la teoría copernicana, sus mayores aportaciones a la ciencia tratan sobre electricidad y magnetismo. Al mostrar que el hierro a altas temperaturas (al rojo) no presenta alteraciones magnéticas, se adelantó a los modernos descubrimientos de Curie. Aunque actualmente el instrumento inventado por Gilbert no es más que una pieza de museo, existiendo herramientas muchísimo mas modernas para estos menesteres, resulta muy instructiva su construcción. Prepárate pués para empezar a experimentar con la electricidad estática.

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Teoría
Las válvulas de vacío VIII

Llegamos al artículo número ocho y último dedicado a las válvulas de vacío. Estudiaremos en él dos de las más usadas en su dia, junto con el triodo. Nos referimos al tetrodo y al pentodo termoiónicos.

Aunque existían válvulas de más electrodos, las mismas eran utilizadas principalmente en montajes muy específicos y particulares, por lo que creemos que con los dos tipos mencionados cumplimos ampliamente con nuestro objetivo de dar a conocer superficialmente estos antiguos componentes electrónicos.

Además, en la actualidad aún se siguen empleando tanto triodos como pentodos en ciertas aplicaciones, por ejemplo en determinados amplificadores lineales de RF. Incluso hemos podido ver algunos amplificadores de audio actuales fabricados con estos componentes ya que, según la opinión de muchos expertos en sonido, la calidad, fidelidad y limpieza que se obtiene mediante tubos de vacío es superior a la conseguida mediante el uso de semiconductores.

Sin embargo, el resto de válvulas de más electrodos han caido en completo desuso, a excepción de las que montan los receptores que se fabricaron por aquellos años y que aún continúan funcionando en la actualidad, por lo que no serviría de gran cosa escribir un artículo dedicado a ellas.

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Noticias
Nuevos contenidos en descarga

Le recordamos a nuestros visitantes y usuarios registrados la disponibilidad en la zona de descargas de un amplio surtido de esquemas, manuales técnicos, videos y artículos técnicos adicionales. El número de descargas va progresivamente en aumento. La calidad de la información podemos calificarla de excelente. La gran cantidad de fotografias e ilustraciones hacen que leer sea agradable y asequible a todos.

En la categoria de "Radioaficionados" existen varias secciones en las que hemos colocado información técnica de muchísima utilidad para la reparación y el mantenimiento de emisoras. Existen secciones para diferentes marcas, como Alan-Midland, Kenwood, Yaesu, SuperStar y una sección añadida últimamente para Galaxy en la que hemos colocado la información técnica del mítico transceptor Galaxy Saturn, gran emisora para estación base deseada por muchos radioaficionados. Con esa información podrá ajustarse cualquier parámetro de dicho equipo.

Como es fácil de entender, los gastos de mantenimiento del servidor nos obliga a seleccionar cierta información solo para nuestros usuarios registrados, de manera que con las contribuciones de todos ellos podamos seguir adelante con el proyecto de nuestra web. Sin embargo, poco a poco estamos añadiendo información para todos nuestros visitantes. Concretamente en la sección principal existen ya algunos ficheros de libre descarga y cualquiera de nuestros visitantes podrá bajarlos a su equipo. Esperamos que con estos cambios se puedan beneficiar el mayor numero de personas.

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Las válvulas de vacío II

Una vez que hemos visto la manera en que podemos desarrollar por medios eléctricos el efecto termoiónico, entramos de lleno ahora en la descripción de las válvulas de vacío, las cuales fueron en su tiempo el máximo exponente del citado fenómeno físico en lo que toca a la recepción y emisión de señales de radio entre otras aplicaciones.

Comenzaremos hablando del llamado diodo termoiónico, componente muy usado en los tiempos de los receptores a válvulas como rectificador en fuentes de alimentación y demodulador de señales de R.F. entre otros aspectos, aunque aquí no acaban todas sus aplicaciones.

El diodo termoiónico, también conocido como diodo de vacío, puede considerarse la válvula más elemental y sencilla de todas las que han existido. Fundamentalmente se trata de una ampolla de vidrio completamente cerrada, dentro de la cual se ha practicado el vacío, o sea, que se le ha extraído todo el aire de su interior.

Dispone de dos electrodos, como puede deducirse de su nombre ("di-odo" del griego "dos caminos"), uno llamado ánodo y el otro llamado cátodo, tal y como ocurre en el caso del diodo semiconductor.

Inventada por el físico británico John Ambrose Fleming a principios del siglo pasado, para muchos la invención de aquella primera válvula termoiónica supuso a la sazón el inicio de la era electrónica.

En un principio el cátodo de esta válvula estaba formado por un hilo metálico resistente, al cual se le han soldado dos hilos de un material buen conductor los cuales salen al exterior a través del cristal. Justo frente a él, dentro de la ampolla, se ha colocado una placa metálica, la cual también tiene soldado un hilo conductor que sale al exterior a través del vidrio de la ampolla.

El hilo metálico resistente se llama filamento y, solo en este caso como veremos posteriormente, hace las veces de cátodo del diodo. Es decir, en este tipo de válvula primeriza el propio filamento también es el cátodo. Por este motivo, a esta clase particular de diodo termoiónico se le conoce como diodo de caldeo directo.

La placa metálica, conocida simplemente como "placa", es el ánodo del diodo. A todo el conjunto, incluida la ampolla de vidrio, se le llama diodo termoiónico o de vacío.

Podemos ver el símbolo electrónico utilizado para representar a este diodo en la ilustración que incluimos.

Mas adelante hablaremos de otro tipo de válvula diodo perfeccionada con respecto a esta, la cual está exenta de los inconvenientes que sí tenía la primera debido a que usaba el propio filamento de cátodo, propiciando así la aparición de ciertos problemas si no se tomaban las debidas precauciones.

Tal y como hemos mencionado en la introducción, a los electrodos del diodo termoiónico se les llama de idéntica forma que a los del diodo semiconductor.

Esto es así debido a que sus comportamientos son del todo similares en uno y en otro caso como vamos a ver a continuación.


COMPORTAMIENTO DEL DIODO DE VACÍO

Efectivamente, el diodo termoiónico realiza la misma función que un diodo de cristal o semiconductor. Por ejemplo, puede funcionar como detector, ya que solo permite el paso de corriente en un sentido.

Para comprobar esto vamos a construir un pequeño circuito con solo unos pocos componentes. Montaremos una válvula diodo junto a un amperímetro de corriente contínua con la configuración que vemos en la figura adjunta.

Al filamento (cátodo) le conectaremos una batería capaz de calentarlo lo suficiente para producir en él el efecto termoiónico, y de esta manera que sea capaz de emitir electrones abundantemente (generalmente ha de ponerse al rojo vivo).

Entre uno de los terminales del cátodo o filamento y la placa del diodo, conectaremos otra batería en serie con el amperímetro.

En principio, el borne positivo de esta otra batería, la cual es de una tensión elevada (por lo general mayor de 100 voltios), lo conectaremos a la placa a través de dicho amperímetro. El negativo de la batería lo conectaremos por su parte a uno cualquiera de los terminales del cátodo.

Con esta batería así conectada, la placa resulta ser positiva con respecto al cátodo y produce una irresistible atracción sobre los electrones que salen de este último. El cátodo, por lo tanto, cede estos electrones a la placa a través del vacío creado dentro de la ampolla, sin que absolutamente nada se interponga en su camino.

A propósito de lo anterior cabe decir aquí que es lógico que, para que el diodo funcione correctamente, se tenga que efectuar el vacio en su interior, ya que de lo contrario las propias moléculas de aire constituirían un verdadero obstáculo para los electrones viajeros que intentasen alcanzar la placa positiva.

Si no se hiciera el vacío dentro de la ampolla de cristal los electrones bombardearían a las moléculas de aire de su interior y se verían seriamente frenados. Incluso su trayectoria se desviaría y se impediría que llegaran a su destino, la placa o ánodo, por lo que el funcionamiento del diodo sería defectuoso.

Sigamos adelante una vez aclarado el punto. De la manera que anteriormente hemos explicado, se establece un flujo de electrones que va del cátodo a la placa por dentro de la válvula y desde la placa al cátodo por el circuito exterior a esta, atravesando amperímetro y batería para acabar de nuevo en su ubicación original.

Podemos comprobar la existencia de esta corriente eléctrica con solo mirar el amperímetro, el cual da buena cuenta de ella mediante el desplazamiento de su aguja.

Ahora vamos a invertir la polaridad de esta batería. Su polo negativo lo conectaremos a la placa de la válvula a través del amperímetro, mientras que su polo positivo lo vamos a conectar a uno de los extremos del cátodo (ver ilustración).

En estas circunstancias la placa adquiere polaridad negativa con respecto al cátodo. Los electrones que logran salir despedidos del cátodo debido al efecto termoiónico vuelven otra vez a él, ya que son repelidos por la carga negativa que la placa tiene con respecto al cátodo, al tiempo que son atraidos por este último al tener carga positiva con respecto a la placa. Los electrones no pueden en esta ocasión atravesar el vacío que separa cátodo y ánodo.

Por este motivo, ahora el amperímetro no marcará el paso de absolutamente ninguna corriente eléctrica, permaneciendo su aguja a la izquierda, señalando al cero. La intensidad de corriente a través del circuito es ahora completamente nula.

Con esto queda demostrado que el diodo termoiónico conduce interiormente solo en un sentido, desde el cátodo hacia la placa, y solo cuando al primero lo polarizamos negativamente con respecto a la segunda, que tendrá que ser positiva.


ALGUNAS CONSIDERACIONES

Cuando polarizamos al diodo de vacío de forma inversa, haciendo la placa negativa con respecto al cátodo, los electrones que salen de este último vuelven a él debido al campo eléctrico creado entre los dos electrodos. Son repelidos por el potencial negativo de la placa y atraidos por el positivo del cátodo.

En ese momento, el número de electrones que salen del cátodo es igual al número de los que vuelven a él, formándose a su alrededor una verdadera "nube de electrones", donde coexisten tanto los que salen como los que entran. A esta "nube" de cargas negativas se la conoce como "carga espacial" o "carga de espacio".

Son precisamente los electrones de la carga espacial del cátodo los que la placa, cuando es positiva con respecto a aquél, atrae hacia ella para producir la corriente a través del diodo. A esta corriente, que pudimos medir con el amperímetro en el experimento anterior, se le conoce como corriente de placa.

Otro punto importante a tener en cuenta es que, a los diodos de caldeo directo, es decir, los que hemos estudiado hasta el momento, había que calentarle el filamento con corriente continua, ya que al ejercer este al mismo tiempo de cátodo, el rizado de la corriente alterna podía transmitirse a la corriente de placa, provocando un zumbido indeseable.

Para evitar este efecto y hacer al cátodo del diodo completamente independiente de su filamento, aparecieron los llamados diodos de caldeo indirecto.

En estos últimos tubos de vacío, el filamento queda recubierto por un pequeño cilindro metálico que resulta ser el verdadero cátodo. Este cilindro es calentado por el filamento, sin que exista ningún tipo de contacto entre ellos, y es el encargado de provocar la emisión de electrones. En este caso el filamento única y exclusivamente ejerce la función de elemento calefactor.

El funcionamiento del diodo termoiónico de caldeo indirecto es mucho más seguro y fiable que el de su predecesor. En la ilustración adjunta puedes ver su símbolo.

Aquí vamos a parar por el momento el estudio de estas válvulas termoiónicas. Como ves, la profundidad en la que nos hemos zambullido es escasa, ya que creemos que debido a que su uso en la actualidad no es masivo, un estudio más profundo de estos componentes electrónicos carecería de interés práctico.

Hasta la próxima, nos vemos aquí en Radioelectronica.es, tu punto de encuentro.

 

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