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Teoría
Electromagnetismo (I)

En nuestro artículo teórico anterior en el que hablábamos del magnetismo y de los imanes, dijimos que la electricidad produce magnetismo y que el magnetismo produce electricidad. En realidad una cosa y la otra están íntimamente unidas. Como ya hemos comentado, la electricidad y el magnetismo son dos aspectos diferentes de un mismo fenómeno físico llamado electromagnetismo y es precisamente ese fenómeno lo que en este artículo vamos a comenzar a tratar. Este conocimiento es de absoluta necesidad para seguir nuestro estudio.

Para bién o para mal, el electromagnetismo está muy presente en nuestras vidas; en cada electrodoméstico que tenemos en casa, en todos los sistemas de comunicaciones actuales (las señales de humo utilizadas por los indios norteamericanos no es un sistema de comunicación actual), en los automóviles y motocicletas, en los sistemas de posicionamiento global o GPS, en los sistemas de telemetría, en el registro y reproducción del sonido, en los equipos medicos y quirúrgicos utilizados en los hospitales, etc... Es tan vasto el campo de aplicación del electromagnetismo en la vida real que nos faltaría espacio en este artículo para nombrar cada una de estas posibilidades. Por la importancia que tiene, es vital que conozcas mas profundamente este fenómeno. Por lo tanto, estás obligado a seguir leyendo.

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Noticias
Circuitos simples con diodos de cristal

Manual en el que se detallan 40 interesantes aplicaciones para llevarlas a cabo con diodos de germanio, también llamados diodos de cristal.

Todos los circuitos están testeados y comprobados por la empresa SYLVANIA ELECTRIC PRODUCTS, INC.

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Radioaficionados
Construya un ondámetro de 1,5 a 230 MHz

Al principio no existían las calculadoras, ni electrónicas ni mecánicas. Los historiadores dicen que se usaban los dedos de las manos para contar.

Entonces, a alguien se le ocurrió la feliz idea de insertar en un marco de madera una serie de hileras de alambre con unas pocas bolas ensartadas. Había nacido el ábaco, no se sabe a ciencia cierta en que momento ni lugar.

Más próximo a nuestra época se descubrió que usando unos listones móviles, graduados con determinadas escalas y engarzados de manera que pudieran deslizarse el uno sobre el otro, podían realizarse operaciones matemáticas de cierta complejidad. A esta herramienta se le acabó llamando "regla de cálculo".

Durante el pasado siglo, la regla de cálculo fue el instrumento usado por ingenieros, arquitectos y científicos de todas las especialidades en su trabajo cotidiano, mediante el cual podían resolver no solo la mayoría de operaciones aritméticas. Se utilizaban para realizar cálculos logarítmicos, resolver fórmulas trigonométricas y para llevar a cabo procedimientos matemáticos concretos de química, finanzas, etc. Esta herramienta, aunque su precisión era limitada, ayudó a construir puentes, edificios, automóviles y, como no, a diseñar equipos electrónicos.

Pero al margen de la efectividad de la regla de cálculo para resolver operaciones matemáticas, la llegada de las calculadoras electrónicas digitales en la década de los años 70 acabaron con su hegemonía y se impusieron por razones obvias.

No sabemos, estimado lector, si tu habrás hecho uso en alguna ocasión de una regla de cálculo, o si incluso posees uno de estos "especimenes" en vias de extinción. Sea o no sea así, te podemos asegurar que aún hoy dia existe gente que las utiliza. ¿Por qué razón te contamos esto?. Clica en "Leer completo..." y te enterarás.

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Miscelanea
Luz trasera para bicicleta (piloto) sin pilas

¿Eres de los que les gusta pedalear?. Si es así, es muy probable que cuando te subes a la bicicleta quieras que tu seguridad no corra peligro.

Algo que te puede ayudar mucho en este sentido, y que no debería faltar nunca en el equipo de un ciclista, es una luz trasera o piloto que sea visible a muchos metros de distancia.

Dicho dispositivo no debería depender del nivel de carga de unas pilas o unas baterías sino que ha de ser un sistema autónomo e independiente, que se ponga en marcha y se ilumine de manera automática en cuanto se inicie la marcha, indicando a los demás nuestra presencia en la carretera.

Pero además, este piloto debería seguir iluminado aunque detuviéramos nuestra bicicleta y mantener la luz indicadora de nuestra posición sin necesidad de continuar pedaleando. Insistimos, todo ello sin usar pilas ni baterías.

Te presentamos en este artículo un sistema de iluminación trasera para bicicletas sin mantenimiento de ningún tipo, del cual no tendrás que preocuparte nunca más ya que estará siempre listo en el momento en que subas a tu vehículo y continuará dando servicio cuando te pares. ¿Te interesa?.

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Práctica
Cálculo de circuitos con diodos LED

Casi todo el mundo sabe de que se trata cuando se habla de diodos LED, esos pequeños componentes electrónicos que tienen la facultad de iluminarse cuando son atravesados por una corriente eléctrica. Además de que algunos modelos pueden llegar a desarrollar un considerable nivel lumínico el gasto energético que ocasionan es muy pequeño, por lo que en la actualidad ya han aparecido infinidad de lámparas domésticas basadas en ellos para casi todo tipo de aplicaciones.

Sin embargo, y centrándonos en los diodos LED estándar de 3 y de 5 milímetros usados en electrónica, muchos son los que se preguntan como se conectan a una pila o a una fuente de alimentación, quizás para usarlo como testigo de funcionamiento de algún equipo, o para hacer algún trabajo manual del colegio.

Hemos oido comentarios de todo tipo al respecto. Algunos dicen que el LED se conecta a la pila sin más, ya que piensan que funcionan con un determinado voltaje, algo parecido a las lamparitas de las linternas. Otros piensan que hay que poner dos o tres diodos más en serie, porque de lo contrario pueden "fundirse". Algunos no concretan y dicen que además del diodo LED y la pila o batería, el circuito debe de incorporar algún otro componente que lo proteja. ¿Que crees tu?.

El presente artículo tratará de arrojar luz sobre este tema, el cual en muchas ocasiones no está claro en la mente de algunos.

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Teoría
Intensidad de corriente eléctrica

Llegó el momento de cuantificar. Hasta ahora nos hemos expresado en términos generales, en un sentido algo abstracto. No hemos hablado aún de cantidades concretas, no hemos definido, matemáticamente hablando, los conceptos que hemos expuesto. Ahora es el momento de comenzar a puntualizar dichos conceptos, de darles una identidad numérica. Hemos hablado de electrones, hemos dicho que se mueven empujados por la d.d.p. existente entre dos polos, que cuanto mayor es esta d.d.p. mayor es la fuerza que los empuja y por lo tanto mayor es la corriente eléctrica que producen.

Pero... ¿De cuantos electrones estamos hablando? ¿De diez electrones? ¿De mil electrones? ¿De diez mil electrones? ¿Que cantidad de ellos intervienen cuando se produce una corriente eléctrica? ¿Es constante este número a lo largo de un circuito eléctrico? Y como dato curioso (aunque además nos servirá para captar un concepto muy importante necesario para el estudio de la radio)... ¿A que velocidad se mueven? ¿Tienen preferencia por alguna parte del conductor por el que circulan? Todo esto lo puedes saber si lees este artículo.

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Noticias
AFHA - Curso Electrónica, Radio y TV - Tomo 5

Tomo 5 del curso de Electrónica, Radio y Televisión de AFHA.

En este quinto tomo se habla del sistema de recepción por excelencia, el superheterodino de AM, condensadores, bobinas, circuitos resonantes, amplificadores selectivos, amplificadores en cascada, receptor de radiofrecuencia sintonizada, heterodinaje y modulación, osciladores, paso conversor, frecuencia imagen, amplificador de F.I., control automático de sensibilidad, etc...

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Las ondas (IV)

En el artículo anterior vimos la relación que existe entre la frecuencia, la velocidad y la longitud de onda de un movimiento ondulatorio determinado. Es cierto que la velocidad de un movimiento ondulatorio la podemos determinar a partir de su longitud de onda y de su frecuencia, pero no es menos cierto que dicha velocidad no depende proporcionalmente de esos parámetros. Lo que intentamos expresar es que, dentro de un determinado tipo de ondas (por ejemplo las que engloban los sonidos audibles), su velocidad no aumenta cuando aumenta su frecuencia o su longitud de onda, sino que permanece mas o menos estable, y esto es fácil de entender porque al aumentar la frecuencia disminuye su longitud de onda y viceversa, y la velocidad -recordemos- es el resultado del producto de ambos factores (V = F · λ).

Sin embargo, sabemos que existen otra clase de ondas muchísimo más rápidas que los sonidos audibles. Se trata de ondas que tienen la facultad de viajar a la velocidad de la luz, unos 300.000 kilómetros por segundo. ¿Cual es la diferencia entre estos tipos de ondas para que la velocidad sea tan dispar entre ellas? ¿Como se hace para lograr el "milagro" de que una onda sonora, que solo viaja a poco mas de 340 metros por segundo, la podamos oir en todo el globo terraqueo prácticamente al mismo tiempo? Las respuestas las tienes a continuación.

Contestemos en primer lugar a la pregunta de ¿que es lo que hay tan distinto entre las ondas sonoras (343,5 metros por segundo) y por ejemplo las ondas luminosas (unos 300.000 Kms. por segundo) para que exista esa abismal diferencia en su velocidad? Pués sencillamente que las primeras son "ondas mecánicas" y las segundas "ondas electromagnéticas".

Podemos llegar a entender esto a la perfección si pensamos que una onda mecánica, por ejemplo el sonido, se basa en la vibración de partículas, corpúsculos físicos o moléculas y que por lo tanto están sometidos a rozamientos entre ellos. Ese rozamiento, como ocurre en cualquier proceso mecánico, es el responsable en gran manera de que se pierda la energía inicial de la onda, lo que en el caso del sonido significa que desaparezca rápidamente el movimiento ondulatorio provocado en un principio. Por esta razón las ondas sonoras, aunque se produzcan en las mejores condiciones posibles, tienen un alcance bastante limitado.

Las ondas mecánicas se transmiten, como ya hemos estudiado, por la vibración de las moléculas del medio en que se propagan. La existencia de ese medio (aire, agua, gas, etc...) es esencial para que la onda mecánica se propague, y sin él la onda jamás se propagará. Por este motivo los sonidos no se transmiten en el espacio exterior donde no existe nada, solo un vacío inmenso. Ahora podemos comprender que dependiendo del medio de propagación en que se transmitan, la velocidad de estas ondas es distinta. Por ejemplo, la velocidad del sonido en el agua (a una temperatura de 25º centígrados) es de unos 1.493 metros/seg., en el acero de 5.100 metros/seg. y en el aluminio de 6.400 metros/seg., como vemos lejos de los 343,5 metros/seg. de su velocidad en la atmósfera terrestre.

Las ondas electromagnéticas, por el contrario, no son ondas mecánicas. Podríamos decir que se trata de campos eléctricos y campos magnéticos enlazados y perpendiculares entre si (mira la siguiente ilustración). El campo eléctrico produce un campo magnético y a su vez el campo magnético produce de nuevo un campo eléctrico. No necesitan de ningún medio para propagarse como ocurre con las ondas mecánicas, por lo que viajan perfectamente a través del vacío absoluto. Además, al no estar sometidas a roces de ningún tipo, conservan su energía durante largos recorridos de cientos, miles e incluso millones de kilómetros. Así se explica que la luz y el calor del sol, dos tipos de energías ondulatorias electromagnéticas (ondas luminosas y ondas calóricas), lleguen hasta nosotros desde casi 150 millones de kilómetros con intensidades bastante elevadas. Incluso podemos ver como lucen las estrellas que están a años luz de la Tierra.

Por este motivo no debe extrañarnos que puedan llegar hasta nosotros las ondas de radio emitidas por antenas situadas a miles de kilómetros de nuestros receptores y, una vez procesadas, podamos oir la información que se ha plasmado en ellas. Las ondas de radio también son ondas electromagnéticas y por lo tanto tienen las mismas o muy parecidas propiedades que las anteriormente tratadas. Su velocidad también es de 300.000 kilómetros/seg. y su frecuencia puede oscilar entre algunas decenas de miles de hercios y miles de millones de ellos. A este tipo de ondas se les llama señales de alta frecuencia.

Me gustaría que retuvieras este concepto, por favor: generalizando y expresándonos en términos electrónicos, hablamos de ondas de alta frecuencia cuando nos referimos a las ondas electromagnéticas de radio y de ondas de baja frecuencia cuando nos referimos al sonido u ondas sonoras. No obstante, decir que también existe una clasificación dentro de las propias señales o tipos de ondas concretas. Por ejemplo, dentro de las señales de radio distinguimos las de alta frecuencia (HF), las de muy alta frecuencia (VHF), las de frecuencias ultra altas (UHF), etc... y también dentro de las de baja frecuencia distinguimos los infrasonidos (por debajo de los 20 hercios y utilizados por los elefantes), los sonidos audibles por el hombre (entre 20 y unos 20.000 hercios) y los ultrasonidos (por encima de los 20.000 hercios y utilizados por murciélagos y delfines).

Para conseguir transmitir sonidos utilizando las ondas de radio se ideó en principio un sistema mediante el cual la información de la onda sonora "viajara" de alguna manera, implícitamente, en la onda electromagnética de alta frecuencia, llamada PORTADORA, sin que esta última perdiera sus cualidades, algo así como "adjuntando" el sonido a la onda electromagnética o portadora. Pero... ¿Como colocar un sonido, que es como hemos visto una onda de tipo mecánico, en una onda electromagnética? Es como querer esculpir un rostro con gas... ¡¡del todo imposible!!. Por eso, lo que deberemos hacer primero es convertir los sonidos, formados por ondas mecánicas, en ondas o señales electricas para que así tengan la misma naturaleza que la onda electromagnética de radio de alta frecuencia, podamos adjuntarla a ella y pueda viajar con ella hasta donde llegue ésta última. Esto lo podemos conseguir sencillamente con un micrófono.

Llegados aquí ya disponemos de las dos señales necesarias: la llamada portadora de alta frecuencia (o portadora de radiofrecuencia), y la señal de baja frecuencia que hemos recogido del micrófono (el sonido una vez "convertido" en señal eléctrica). Ahora solo nos queda incorporar de alguna manera la señal de baja frecuencia a la portadora de radiofrecuencia. Existen varias maneras de hacerlo, pero la primera vez que se logró se hizo modulando la amplitud de la portadora con la señal de baja frecuencia. Fíjate bién en la portadora sin modular. Se trata de una onda de alta frecuencia y de amplitud constante. Aún no existe en ella ninguna información sonora.

Ahora fíjate en la señal de baja frecuencia que hemos obtenido del micrófono. Observa que se trata de una onda de una frecuencia bastante menor que la anterior. Es una señal eléctrica que oiríamos perfectamente si la aplicáramos a unos altavoces o a unos auriculares. Esa es la señal que debemos incorporar a la portadora de radiofrecuencia modulando su amplitud.

Si ahora, cual escultor y a través de los medios adecuados que ya explicaremos, modificamos la amplitud de la portadora de radiofrecuencia siguiendo los niveles de la señal de baja frecuencia que hemos obtenido del micrófono, obtendremos la señal que representamos a continuación. Se trata de la misma portadora anterior pero modulada en amplitud (AM) con los sonidos que hemos producido delante de nuestro micrófono. Observa que tenemos "repetida" la modulación producida por la señal de baja frecuencia: una en los semiciclos positivos de la portadora y otra en los negativos.

Lo verás mas claro si resaltamos la forma de la onda de baja frecuencia en la parte superior (semiciclos positivos) de la portadora de radiofrecuencia. De hecho, cuando queramos recuperar en el receptor de radio el sonido que de forma primitiva producimos delante del micro, solo aprovecharemos una mitad de la portadora, bien la superior (semiciclos positivos) o la inferior (semiciclos negativos). En el presente ejemplo cogeríamos la parte superior de la portadora para "extraerle" la información que "cabalga" sobre ella y desecharíamos la parte inferior, aunque cualquiera de las dos serviría para nuestro propósito.

Ya solo nos queda eliminar la radiofrecuencia restante y usar la baja frecuencia obtenida de la demodulación de acuerdo a nuestros propósitos. Mas adelante explicaremos el proceso completo de la recepción de señales de radio y por supuesto incluiremos la demodulación con todos sus detalles. Por ahora lo dejamos aquí. Esperamos verte pronto de nuevo en www.radioelectronica.es, tu punto de encuentro.

 
C O M E N T A R I O S   
RE: Las ondas (IV)

#1 Apolonio Arturo Zule » 03-10-2016 01:24

Es muy interesante y enriquece nuestra vida mental el conocimiento que ustedes entregan en forma totalmente desinteresada, se les agradece infinitamente.

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